Al inicio de la semana que hoy concluye millones de norteamericanos acudieron a los supermercados para comprar los ingredientes e insumos para preparar la cena familiar más importante del año; la cena del Día de Acción de Gracias o Thanksgiving y es que el cuarto jueves del mes de noviembre de cada año se lleva a cabo la celebración familiar más importante de Estados Unidos, -inclusive mucho más que la cena de Navidad- ya que es es una oportunidad en la que las familias se reúnen con un único objetivo: "agradecer por el hecho de poder estar juntos". Esta cena iguala a todos, y poco importa si se cree en Jesús en Buda o Mahoma, o si uno es republicano o demócrata, esta es una ocasión en la que lo único importante es agradecer y está por encima de cualquier religión, o posición política y esa es la razón principal por la cuál los norteamericanos la esperan con mucha ilusión y se esfuerzan por celebrarlo a lo grande. 

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La cena típica del Día de Acción de Gracias está compuesta por un suculento pavo horneado, el cual se sirve acompañado con un relleno hecho de pan de maíz y salvia, se sirve tradicionalmente con una jalea o salsa de arándanos rojos, y como guarnición pues las infaltables judías, ejotes o vainitas verdes, también puré de camote y  de papas con mantequilla y  salsa. Como postre el pye de calabaza es lo clásico y se suele acompañar con sidra de manzana caliente, ya que en muchas zonas de Estados Unidos ya está haciendo frío, ¿se le abrió el apetito? pues a nosotros claro que si…pero este año las cosas han sido diferentes y por efecto de la inflación para muchos norteamericanos fue muy complicado asumir el presupuesto que involucra preparar esta deliciosa cena, ya que los precios de todos los insumos se incrementaron a niveles nunca vistos, al punto que la cena del 25 de noviembre del 2021 será recordada como "la cena del Día de Acción de Gracias más cara de la historia".  

Y cuando hablamos que los precios subieron pues no es broma…el pavo por ejemplo  -la estrella de la cena- en muchos lugares subió casi un 50% respecto del año pasado y los camotes o boniatos llegaron a los supermercados casi al doble de su precio promedio. Los mayoristas comentaron que nunca habían visto algo así…y desafortunadamente quien pagó los platos rotos fue el consumidor, "el pobre consumidor", que resignadamente tuvo que pagar o en su defecto modificar los ingredientes del tradicional menú y reemplazar el pavo por el pollo; "les suena familiar la historia"...

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Es un fenómeno curioso porque literalmente todos y cada uno de los ingredientes que componen la cena subieron de precio, hasta la simple bandeja de aluminio desechable para hornear el pavo  y los consumidores vaya que sintieron la pegada, sobre todo si se comparan los precios con los del año pasado durante la misma época, cuando por causa de la pandemia y las restricciones de movilidad, los insumos llegaron a sus precios más bajos desde el año 2010, ya que al no haber mucha libertad para organizar reuniones y desplazarse, los distribuidores y los grandes almacenes se vieron obligados a bajar los precios: era eso o quedarse con un stock que luego tendrían que tirar a la basura.

La inflación también ha tenido mucho que ver con esta alza de precios y es que los alimentos en general han sufrido un incremento del 4.6% si los comparamos con los precios de un año atrás…y las carnes en todas sus variedades y categorías han experimentado un incremento del 10%; porcentajes altísimos a los cuales los norteamericanos definitivamente no están acostumbrados.

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Muchos precavidos consumidores tomaron la decisión de realizar sus compras al inicio del mes  y no esperar a la última semana para “ponerse las pilas”, pensando que con esto lograrían mejores precios...pero ya era muy tarde, los precios hace meses ya no son los mismos en los supermercados. 

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La disparada en los precios no reprimió a los norteamericanos en su deseo de celebrar el Día de Acción de Gracias y son muchos a los que no les ha importado el alza y han comprado como si nada estuviera pasando al punto que el pavo se agotó en muchos supermercados...nada pudo detener el deseo de celebrar, sin importar lo que sucediera al día siguiente o cuando lleguen los estados de cuenta de la tarjeta de crédito. 

Donde sí hubo una oportunidad de ahorrarse un dinerillo fue en la compra de las cenas en paquete, es decir  las cenas que ya vienen preparadas y se compran por lo general en el supermercado, esta fue la solución para muchos que en vez de pasar por el ritual de preparación decidieron comprar todo listo. 

 

Así pues el 2021 pasará a ser recordado como un Día de Acción de Gracias bien "sui géneris", con precios absurdamente altos pero muchos deseos de celebrar y un Black Friday que rompió récords de ventas a pesar de la inflación, esto porque los norteamericanos han estado durante meses contenidos y estaban decididos "a reventar" sus tarjetas de crédito y vivir el inicio de las fiestas de diciembre con una gran cena "cueste lo que cueste" y un desenfrenado día siguiente de compras. Veremos que pasa después…y como decía mi abuelita “a comprar a comprar que el mundo se va a acabar”.