Muchos países europeos son reconocidos por fabricar los mejores chocolates del mundo, y la verdad a nadie sorprende que las tiendas más afamadas dedicadas a vender este delicioso manjar se encuentren en París, Bruselas, Londres o Ginebra. Resulta sorprendente y poco usual encontrar una de las mejores chocolaterías del mundo en Lima-Perú y nos estamos refiriendo a Roselen Chocolatier, un emprendimiento que luego de años de dedicado esfuerzo  se ha ganado una reputación que hoy ya traspasó fronteras y que es mencionada cada vez que se habla de los mejores chocolates del mundo. Se dice fácil, pero vaya que hay una historia de esfuerzo pero principalmente de pasión.

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Detrás de Roselen Chocolatier -marca que hoy cuenta con dos boutiques en Lima-, se encuentra Giorgio Demarini, peruano y diseñador gráfico de carrera, que decidió aplicar toda su creatividad en un producto noble y lleno de tradición como es el chocolate. Desde su atelier Demarini trata al chocolate como  auténtica joya, y es que solo así puede lograr resultados tan impresionantes: bombones con diseños caprichosos de sabores explosivos, esculturas de chocolate, y un mundo infinito de posibilidades que seduce a aquéllos que son adictos a este dulce placer.

La historia de Demarini y su pasión por el chocolate se remonta a la época en la que era un niño y observaba como su madre Elena Basagoitia, preparaba chocolates de manera artesanal o casera, primero para las fiestas infantiles de la familia o en Navidad. Lo que empezó como una afición se convirtió en una pequeña empresa familiar, los chocolates de la madre de Demarini ganaron fama y prestigio de la manera que los buenos productos lo hacen, “de boca a boca”.

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Una vez que Demarini terminó el colegio, inició la carrera de diseño gráfico y a la par decidió ayudar a su madre en el negocio familiar. Se juntaron la experiencia y la innovación, y así los chocolates se volvieron mas sofisticados, pero sin perder ese sabor único que ya los había hecho famosos.

 

Lo aprendido en la escuela de diseño, Demarini lo plasmaba en el chocolate; pronto comprendió que esta deliciosa materia prima, tenía la posibilidad de ser tratada como una auténtica obra de arte. Pero no todo estaba en la creatividad, se requería dominar la técnica y así decide inscribirse en un curso especializado en Canadá para la fabricación de chocolate, desde la selección del grano, pasando por el tratamiento que el producto debe tener, la conservación y finalmente sabores y acabado. Demarini aprendió de los mejores maestros chocolateros, enfocándose en el chocolate artístico y esto es lo que más le llama la atención y ha contribuido a que los chocolates de Roselen adquieran fama mundial. 

Hoy la empresa tiene 22 años de haber sido creada y sigue seduciendo a miles de fieles clientes que buscan sus productos porque encuentran versiones tradicionales, pero también auténticas obras de arte que asombran y generan admiración.

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A pesar de la fama, Roselen Chocolatier no ha perdido la esencia artesanal con la que fue creada, y es que existe una preocupación exagerada por la calidad de la materia prima, que se vuelve vital para obtener un chocolate de excelente calidad, y para ello utilizan el mejor cacao peruano, que les llega de Cusco, San Martín, Amazonas o Junín. Tampoco han querido crecer con una gran cadena de tiendas y hasta el momento solo tienen dos, una en el Centro Comercial Caminos del Inca y otra en el Centro Comercial El Polo, ambas en el distrito de Santiago de Surco al este de Lima. Desde estos dos locales se aseguran que el producto además del diseño conserve su calidad y sabor, lo cual es decisivo en el muy competido mundo del chocolate; y vaya que lo han conseguido logrando exóticas combinaciones utilizando productos típicos peruanos como el ají limo, el huacatay, la maracuyá, la hierba luísa, hongos de porcón, tocino, granada, sal de maras y muchos otros más.

La calidad, el tratamiento del producto y los maravillosos sabores han ubicado a Roselen en un lugar al que muchas otras casas chocolateras aspiran. Recientemente Doreen Pendgracs, experta chocolatera, incluyó a Roselen Chocolatier en el libro: Chocolatour: A Quest for the World’s Best Chocolate, cosa que no es sencilla, ya que a la lista de Pendgracs, solo llega lo mejor de lo mejor.

 

Giorgio Demarini no se distrae con premios y galardones, son solo un estímulo para continuar sin perder la humildad aprendida de su madre y su abuela, y al final de eso se trata, no perder el foco y continuar haciendo lo que te apasiona. 

Si pasa por Lima no deje de darse una vuelta por Roselen Chocolatier, le recomendamos el bombón de Carrot Cake, es alucinante, pero la verdad hay tantos sabores, que con seguridad encontrará varios que lo llevarán a un viaje sensorial infinito. 

 

Roselen Chocolatier es miembro de la FCIA, Fine Chocolate Industry Association, una asociación conformada por las mejores chocolaterías del mundo las cuales apoyan el arte y la elaboración de chocolates finos con ingredientes frescos y naturales utilizando el mejor cacao como materia prima principal.