El pesebre o nacimiento instalado año a año por el Vaticano en la Plaza De San Pedro es un clásico en la Navidad italiana; pero este año en vez de despertar suspiros, rezos y rostros llenos de paz, ha generado críticas y comentarios hostiles; y es que el pesebre del Vaticano es un homenaje a la serie Alienígenas Ancestrales. Juzgue usted.
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Un gran signo de interrogación surge en los rostros de las personas que llegan a la Plaza De San Pedro en el Vaticano a contemplar el tradicional nacimiento o pesebre, ya que en vez de encontrar una clásica escena navideña, con una dulce Virgen María, un protector San José y un dulce niño Jesús, se encuentran con unas espantosas figuras de tamaño real y forma cilíndrica, parecidas a torpedos, hechas de cerámica, con caras terroríficas y que parecen haber sido sacadas de un capítulo de "Alienígenas Ancestrales".
En el medio de la plataforma donde está dispuesto este peculiar pesebre se levantan adicionalmente dos figuras totémicas y enigmáticas; uno lleva un escudo y una lanza decorativa, con casco de astronauta y el otro en lugar de cabeza tiene algo parecido a una olla, y tallado como si fuera una calabaza, de esas de las de Halloween.
Es una tradición que todos los años el Vaticano exhiba un pesebre o alguna escena alusiva a la navidad. Por lo general se tratan de donaciones realizadas, por artistas o incluso algún pueblo italiano; todo esto siempre se ubica junto al antiguo obelisco en el "mero centro" dirían nuestros amigos mexicanos de la Plaza De San Pedro. El año pasado, unos artistas italianos expertos en escultura en arena esculpieron a la sagrada familia, los magos, ángeles y burros utilizando 720 toneladas de arena de playa; y durante el 2016 la exhibición incluía un bote pesquero típico de Malta para evocar las penurias que los refugiados atraviesan buscando mejores horizontes. El del 2017 tenía como tema la misericordia y se podía apreciar la escultura de un hombre que visitaba la celda de una prisión y otro que sepultaba un cuerpo amortajado, a un nivel de realismo impresionante.
Para el 2020 el Vaticano tomó un camino diferente y así llegaron a la ciudad de Castelli en el centro-este de Italia en la región de Abruzzo, famosa por su cerámica desde hace siglos. Los ceramistas de Castelli ya habían sido anteriormente los artífices del tradicional pesebre navideño en diferentes años desde 1965 a 1975; y tanta fue su fama y notoriedad en algún momento que sus esculturas llegaron a Jerusalén para decorar la Navidad de 1976.
Los ceramistas de Castelli fueron los elegidos para desarrollar el pesebre navideño con un tema, “el patio de la iglesia del cristianismo”; y es lo que desarrollaron o por lo menos intentaron desarrollar.
Ni bien se presentó la exhibición, las críticas en redes se dieron como una avalancha de nieve incontrolable; comentarios como "es espantoso”, "que quisieron hacer", "no nos gusta" fueron una constante; pero la situación se complicó aún mas con los comentarios de sectores más conservadores que ser refirieron a la instalación como "El vergonzoso pesebre de ciencia ficción del Vaticano". Un titular en el Catholic Herald declaró que el pesebre era un homenaje a Darth Vader.
Muchas de las personas que han llegado en estos días al Vaticano no sólo manifiestan su descontento sino su rabia, ya que recorrieron un largo camino lleno de restricciones debido a la pandemia y al ver el tan peculiar pesebre montan en cólera; muchos inclusivos han comentado ver algo demoníaco en las esculturas de Castelli y algunas más han empezado a desarrollar teorías conspirativas.
No han faltado comentarios que detrás de esta instalación se encuentra el Papa Francisco en el afán de abrirle las puertas de la Iglesia Católica a los científicos y la exploración y que este nacimiento con estilo de Star Trek es una maneja de aprobar tácitamente los viajes espaciales y descubrir nueva civilizaciones, que quien sabe en que dios o dioses creerán.
La realidad es que el pesebre es ciertamente muy extraño y existe una común opinión que es un insulto hacia los feligreses en medio de un año muy complicado; y en vez de tratar de escenificar una escena tierna y tradicional que se convirtiera en una luz de esperanza, el Vaticano optó por lo que la prensa italiana ha denominado "veinte objetos de cerámica con apariencia satánica".
Juzgue usted, pero a nosotros nos parece que el nacimiento del Vaticano es más raro que un perro verde y que en un momento como este no era adecuado una exhibición tan moderna.