Para el CEO de Christian Dior, Pietro Beccari-1967; la nueva tienda que acaban de inaugurar en París “es mucho más que una tienda, se trata de un maravilloso universo que además de servir como punto de venta, tiene como principal objetivo poder conectar de manera emocional con los clientes a través de muchos niveles, todos teniendo al icónico diseñador como gran protagonista”. 

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La tienda está ubicada en el #30 de la Avenida Montaigne, a pocos pasos de sus más aguerridos competidores: Chanel, Gucci, Saint Laurent, Louis Vuitton, -por citar a algunos nombres-, y abrió sus puertas hace unos días marcando definitivamente un nuevo standard y dejando muy pero muy en claro que las tiendas de “carne y hueso”, es decir las reales, no están condenadas a desaparecer, pero sólo sobrevivirán las que tengan la capacidad de ofrecer todo lo que el ciberespacio no puede.

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Después de dos años de arduos trabajos, la nueva tienda Dior emerge como un faro de esperanza en tiempos difíciles: 10,000 m2 distribuidos en 8 pisos, donde se han instalado además de un muy exclusivo punto de venta; un museo, un restaurante, una pastelería, un jardín interior y un hotel de lujo. En el edificio también opera un atelier y una sala de ventas y fittings de carácter privado para clientes muy especiales ¿Todo eso en una tienda? pues de eso se trata justamente.

El diseño ha estado a cargo del experimentado arquitecto, Peter Marino-1949 -que en el 2020 ya tuvo a su cargo la remodelación de la tienda de Dior en el Soho-NY- y que en el edificio de la Av. Montaigne se enfrentó a un reto sin precedentes, esto debido a la carga histórica de la ubicación, ya que fue allí donde vivió de pequeño Christian Dior (1905-1957) pero también donde instaló su primer atelier y tienda. La idea era crear un espacio moderno, multi formato pero sin que el edificio perdiera autenticidad y esto Marino lo ha entendido a la perfección.

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Solamente basta poner un pie al interior de la tienda para darse cuenta que se trata de mucho más que “una tienda”, en el hall de recepción una escultura del británico Paul Cocksedge-1979 da la bienvenida a los visitantes y  hace alusión a los bocetos de los diseños de Dior. Adicionalmente están expuestas esculturas de la alemana Isa Genzken-1948 y trabajos de la fotógrafa especializada en moda Brigitte Niedermair-1971, que trabajó para la Casa Dior por muchos años. 

Esto es solo un “abre bocas”, ya que después se puede ingresar a un espacio  de 2,000m2 donde está expuesta una retrospectiva del trabajo de Dior a lo largo de su carrera y que fuera parte de la muestra itinerante Christian Dior, Designer of Dreams que se presentó en París, Shanghai, Londres y el año pasado en Nueva York.  

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Y es que la tienda pretende ser no solo un lugar para comprar, es un lugar vivo que cuenta una historia, la de un diseñador francés que tuvo la capacidad de remontar uno y mil obstáculos, para llegar a convertirse en el referente de la moda mundial, y la historia se cuenta a través de icónicos diseños y accesorios, que están dispuestos de manera casual, pero que al entrelazarlos arman una línea de tiempo muy clara y definida.

 

Comentábamos que además de la tienda, este nuevo espacio cuenta con un jardín interior y una pastelería -o mejor dicho patisserie para hablar con precisión-, y donde por €17 se puede disfrutar de un ambiente realmente espectacular, tomando té o café, con un éclair o un croissant por ejemplo. La pastelería es una manera de decirle a los clientes que pueden disfrutar del mundo Dior sin necesidad de verse obligado a comprar un bolso de €2,900, y es que esa es la idea, “experiencias  diferentes para distintos tipos de clientes”. 

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Si el presupuesto es mayor, también se puede reservar una mesa en el muy exclusivo restaurante que opera en el piso más alto del edificio y es el territorio que hoy controla Jean Imbert-1981, uno de los chefs más importantes del circuito gastronómico parisino, y que está dispuesto a llevar a quienes lo puedan pagar a una literal aventura sensorial.

La fuerza que está detrás del desarrollo de este muy bien logrado espacio, no es otra que el empuje de Beccari, que desde el 2018 rige los destinos de la marca, pero cuenta con un experiencia de varios años en el mercado de lujo, y es reconocido por ser audaz y definitivamente disruptivo. Él define la nueva tienda de Dior como un parque de atracciones muy especial, donde la figura central es Christian Dior, y como él señala “si admirabas a Dior, después de recorrer la tienda lo terminarás amando”. 

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No es la primera vez que Beccari apuesta por algo diferente y hasta riesgoso. Antes de tomar las riendas de Dior, desde el 2012 estuvo a cargo de Fendi y vaya que volvió a poner a la empresa en el foco de la tormenta, para empezar realizó un desfile donde nadie se había atrevido antes, en La Fontana de Trevi en el corazón de Roma, donde a través de una pasarela de plexiglass sobre el agua las modelos desfilaron la colección Otoño/Invierno 2016-2017, además decidió remodelar totalmente la tienda de Fendi en Roma, un viejo palazzo italiano, convirtiéndolo en restaurant y en hotel, que se convirtió en un éxito instantáneo.

El trabajo que Beccari viene realizando con Dior es producto de años de experiencia manejando marcas de lujo, pero también de comprender el ADN de una marca que hace ya algunos años Bernard Arnault-1949, la cabeza de LVMH, compró al gobierno francés por la simbólica suma de 1 euro, adquiriendo definitivamente un gran nombre, pero una empresa totalmente quebrada que muchos dudaban se podría levantar.

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Pero Dior se levantó poco a poco de sus cenizas y hoy reina como una de las grandes en el muy competido mercado de las marcas de lujo. Desde que Beccari tomó las riendas experimentó un vertiginoso crecimiento en ventas pasando de €2.2 billones de ingresos a €6.5 billones en solo tres años, de acuerdo a estimaciones de HSBC, y esto sucedió durante años muy pero que muy complicados, donde la gran mayoría de marcas de lujo decidieron contraer su presupuesto de publicidad, pero Beccari optó por darle con todo y no bajar la guardia.

 

Mientras el Covid-19 obligaba al planeta completo a guardarse en sus casas, la publicidad de Dior se veía en calles y plazas, y sus colecciones no se detuvieron, era como un rayo de esperanza que auguraba tiempos mejores, y esta decisión parece que rendirá frutos: las ventas del 2022 se calcula superarán los €11 billones, casi igual que lo que Chanel proyecta vender, y que hoy seguro ya se encuentra preocupada del crecimiento exponencial de su más antiguo competidor -que por años vio como un pigmeo-  y que hoy  avanza sólido en la carrera por una suculenta porción del mercado de lujo.

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Beccari está convencido que la nueva tienda de Dior contribuirá sin lugar a dudas al éxito de la marca, y así lo señala "la tienda permitirá conectar con clientes de perfiles muy diferentes, donde la idea es que los que hoy solo pueden tomar un café en nuestra cafetería en unos años compren bolsos y carteras. El amor por una marca no es inmediato y se genera a base de pequeñas pero grandes experiencias".